¿Cuáles son las causas de la intoxicación por monóxido
de carbono (CO)?
El monóxido de carbono (CO)
Es un gas incoloro e inodoro, que se produce por
oxidación (o combustión) incompleta de materiales
orgánicos o que contengan carbono. Muchas veces se
presenta acompañado por el olor de otros productos
orgánicos formados también en la
combustión. Es algo más ligero que el aire y se licúa a
la presión atmosférica a una
temperatura de – 190ºC aproximadamente.
Respirar en
ambientes con monóxido de carbono no sólo
impide que el cuerpo utilice correctamente el oxígeno,
sino que también daña el sistema nervioso central. Las
personas que tienen problemas de salud tales como
enfermedades cardiacas o pulmonares son especialmente
vulnerables, al igual que los bebés, los niños, las
mujeres embarazadas y las personas de edad avanzada.
¿Cuáles son algunas de las fuentes de monóxido de
carbono?
La mayoría de las exposiciones a monóxido de carbono
suceden en los meses de invierno y las fuentes más
comunes de intoxicación por monóxido de carbono en el
hogar son los calentadores complementarios sin
ventilación. Un calefactor complementario sin salida al
exterior es un tipo de estufa que usa el aire interior
para el proceso de calefacción y libera en la habitación
los gases producidos en el proceso de calefacción. De
esta manera, un calefactor que esté mal instalado o que
no funcione correctamente puede introducir monóxido de
carbono y otros gases tóxicos en la habitación y
consumir gran parte del oxígeno.
La mayoría de los calefactores complementarios de este
tipo usan gas butano como combustible. Si
bien los modelos más actuales tienen sensores de oxígeno
que apagan el calefactor cuando el nivel de oxígeno de
la habitación desciende por debajo de un determinado
nivel, los modelos más viejos no poseen estas
características de seguridad.
Otras fuentes comunes de monóxido de carbono incluyen
las siguientes:
¿Cuáles son los síntomas de la intoxicación por
monóxido de carbono?
A continuación, se enumeran los síntomas más comunes de
la intoxicación por monóxido de carbono. Sin embargo,
cada individuo puede experimentarlos de una forma
diferente. Los síntomas pueden incluir los siguientes:
-
Dolor de cabeza.
-
Mareo.
-
Debilidad.
-
Náusea y vómito.
-
Latidos del corazón rápidos.
-
Falta de aliento.
-
Convulsiones.
-
Paro cardiaco.
-
Pérdida de audición.
-
Visión borrosa.
-
Desorientación.
-
Pérdida del conocimiento o coma.
-
Fallo respiratorio.
Los síntomas de la intoxicación por monóxido de carbono
pueden parecerse a otras condiciones o problemas
médicos, incluida la gripa o la intoxicación por
alimentos. Siempre consulte a su médico para el
diagnóstico.
Primeros auxilios en la intoxicación por monóxido de
carbono:
Si su hijo o algún otro miembro de la familia tiene
algún síntoma de intoxicación por monóxido de carbono,
mantenga la calma pero actúe con rapidez.
-
Abandone el área y respire aire fresco inmediatamente.
Retirarla rápido del área contaminada, es lo más
importante. Apague la fuente de monóxido de carbono, pero sólo si
lo puede hacer de forma segura, sin poner en peligro
a nadie.
-
Aflójele la ropa apretada (cinturón, cuello, faja,
sostén, etc) y mantenga a la víctima
caliente y en reposo.
-
Si la persona no está respirando,
inicie la reanimación cardio-pulmonar (RCP)
y no deje de hacerla hasta que vuelva a respirar o
hasta que otra persona se haga cargo. Si puede, haga
que alguien llame inmediatamente al
112 / 061. Si está solo, realice la
RCP durante un minuto y después llame al
112 / 061.
Adminístrele oxígeno si se dispone de él.
Acuda inmediatamente a
URGENCIAS si sospecha que usted o
un miembro de su familia sufren una intoxicación por
monóxido de carbono .
Riesgos Toxicológicos:
Inhalación:
Tiene una acción
muy definida ya que fija la
hemoglobina de la sangre formando
carboxihemoglobina con lo que se dificulta el aporte de
oxígeno a los tejidos a través del torrente sanguíneo.
En altas concentraciones (cuando ya los dos tercios de
la hemoglobina se han saturado), puede sobrevenir
rápidamente la muerte a partir de unas 5.000 ppm.
Afecta a la sangre y al
sistema nervioso. En casos graves se pueden producir
trastornos respiratorios,
asfixia, alteraciones del ritmo cardíaco, del sistema
cardiovascular, paralización muscular progresiva, etc.
Los síntomas se pueden
presentar muy rápidamente y son: dolor de cabeza,
vértigos, náuseas, confusión
mental, respiración acelerada e inconsciencia.
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